Las sefirot
(SEFIRAS o SEPHIROTES)
Malkut o Maljut.-
La décima sefira del árbol de la cábala representa el trono del Rey. Digamos que la primera, Kether, es Su corona, la sexta, Tipheret , representa el Rey, el aspecto masculino, y la décima, el trono, también se llama la Reina. Otros nombres para esta condensación de la emanación son: shej’nah, esposa, novia, matrona, hermana, etc., es decir, todo lo que contemple el
aspecto femenino de Dios.
Desde el punto de vista de la conciencia, es decir, viendo el árbol de abajo hacia arriba, Malkut vendría a ser la tierra que pisamos, nuestros aspectos físicos, nuestro cuerpo material.
Desde un punto de vista simbólico, la unión del Rey y la Reina representa una boda sagrada que también tiene representación en la unión de Dios e Israel. Pero el cabalista, más que un aspecto exterior, ve en esta simbología algo que ocurre en el interior de la divinidad misma.
Desde el punto de vista religioso judío, esta unión o nupcias sagradas quedan ritualizadas bajo la relación que hacen del momento de la revelación en el Sinaí, cincuenta días después de la salida de Egipto, es decir, el día de la alianza entre Dios e Israel. Para Simeón ben Yohay, la noche anterior a esta fiesta tiene una gran importancia mística, pues es la noche en que la esposa, se prepara para la boda con su esposo. En la víspera del Sabat, aún hay sitios donde salen en procesión cantando salmos e himnos de mucha emoción, como el que dice: “ven querido mío, vayamos al encuentro de la novia”. La novia es la Sej’inah, la presencia de Dios en la tierra y en el hombre, su alma.
Yesod.-
La novena sefirah se llama Fundamento o Fundación, es la novena condensación en sentido descendente del árbol de la cábala. Es el establecimiento de Dios en el hombre arquetípico llamado Adam kadmon.
Desde el punto de vista ascendente, Yesod representa nuestro nivel psicológico, lo subjetivo. Es el reflejo y proyección de nuestra conciencia circunstancial, el espejo o superficie en la que se refleja lo que está ante él y que llegamos a creer que es lo verdadero. Es nuestro propio reflejo que casi siempre para darnos cuenta proyectamos en los demás. No nos damos cuenta de nuestras miserias sino cuando éstas se reflejan en otros, y culpamos a otros de lo que pasa en nuestra subjetividad. Yesod es, por tanto, el engaño de la mente, el espejo a pulir para que un día proyecte aquello que es y no nuestra proyección mental reflejada. Por eso en Yesod se coloca la luna como símbolo, pues la luna no es la luz propia, sino la luz reflejada.
Hod.-
Hod o esplendor, es el nombre de la octava sefirá del árbol de la cábala. Es parte de la tríada inferior y en su aspecto descendente viene a ser la base de lo que luego será la naturaleza.
En su aspecto ascendente representa un nivel de conciencia que vendría a ser una especie de umbral entre nuestras proyecciones psicológicas y el paso siguiente o conciencia más profunda. En algunos textos se representa como Isis con velo, es decir, todavía algo en nuestra conciencia se nos oculta. Superar ese estado de conciencia nos llevará a la victoria.
Netzat.-
La séptima sefirá del árbol de la cábala recibe el nombre de Netzach el cual se traduce por victoria. Desde el punto de vista descendente es la simiente, aquello que contiene todo aunque aún no esté manifestado.
Desde el punto de vista ascendente es un nivel de conciencia que una vez alcanzado nos permite progresar hasta reinos más internos. En algunos textos se representa esta sefirah con la figura de Isis sin velo, digamos que llegado a este punto, al haber traspasado el umbral de nuestras personales proyecciones podemos empezar a ver las cosas con otra luz.
Una relación interesante es la que establecen los cabalistas cristianos, que ven en el Apocalipsis de San Juan un contenido cabalístico muy rico. En esa obra, Juan escribe cartas a las siete iglesias de Asia Menor, y en cada una de las cartas menciona palabras relacionadas con victoria: "al que venza", "al vencedor", y a continuación incluye unas ideas que están muy relacionadas con la sefirah superior del árbol: "lo vestiré de blanco", "lo sentaré en el trono al lado del Padre", "inscribiré su nombre en una piedrita blanca que solo él conocerá", "le será ceñida la corona", etc. (para más detalles ver las 7 cartas a las 7 iglesias).
Tiferet.-
Tiferet es la sexta sefirah del árbol de la cábala. En una división vertical del árbol es la sefirah central en la que confluyen muchos aspectos de la creación y de la cual emana dichos aspectos al resto del árbol. Pero la cualidad más destacada es la de la Belleza de Dios, Belleza o Equilibrio es el nombre de la sefirah y también la de la columna central del árbol. Para la cábala judía, Tiferet es el pequeño rostro, mientras que la primera sefirah, Kether, la corona, es el gran rostro. Entiéndase que se habla tanto de la creación del universo manifestado y no manifestado como del hombre arquetípico, El zeir apin que dirían los cabalistas.
Para los cabalistas cristianos, Tiferet es el Corazón de Jesús, de hecho se representa a Jesús el Cristo en esta sefirah. Recordemos que Jesús en hebreo, YHShVH, significa literalmente el Dios que salva.
Desde un punto de vista ascendente, el llegar a Tiferet en conciencia es un estado alto de la misma, es alcanzar el Cristo, convertirnos en Mesías. Este ascenso a la consciencia absoluta era zigzagueante antes de Jesús, de la misma forma, venimos hablando de cada sefirah, que lo hemos hecho de forma zigzagueante. Sin embargo, Jesús nos enseña un camino recto: "El que viene a mi viene al Padre". De hecho, ya no es necesario que recorramos el árbol como lo venimos haciendo, sino que partiendo de Malkut, el reino, subamos a Yesod, el fundamento o la fundación, desde aquí a Tiferet, el equilibrio de lo creado, la belleza de Dios, y desde este templo escarlata ir hacia el prístino despertar de la conciencia donde se nos ceñirá la corona. Por eso decía que alcanzando Netzat, la victoria, se podía alcanzar el reino del Absoluto, pues alcanzada la victoria estaremos en el pilar del medio a la derecha del Padre, el Anciano de los días, el macroposopos, que ahora se halla reflejado en Tiferet, el microposopos.
Gevurah.-
(Gebura-Geburah)
Esta quinta sefirah es el arquetipo de fuerza o rigor, junto con la cuarta y la sexta forman una triada de segundo nivel. Es también junto con Amor y Sabiduría una de las luminarias martinistas. Gevurah y Amor son las lámparas del Templo. Si la vemos en sentido ascendente es la fuerza que necesitamos para conjugar la oposición y de esa manera alcanzar la Unidad. Representa la disciplina que hay que obtener para poder seguir adelante en nuestro ascenso espiritual. Es la que nos hace pensar bien, evoca el discernimiento místico. Es también el proceso mental de transformación, de purificación o cambio de mentalidad.
Chesed.-
Chesed o hesed se traduce por Amor y también por Misericordia y Amor. Es la que nos da la visión del amor divino. Representa el primer día de la creación del Génesis, pues el influjo de la Primera Trinidad se proyecta en esta sefirah. Cuando en el martinismo se habla de obediencia está haciendo alusión directa a esta sefirah, pero debemos entender la palabra obediencia a aquellos dictados del corazón que nos ponen en contacto con lo majestuoso. En la Biblia el término misericordia es abundante, pero casi siempre guarda relación con Dios: “He aquí ahora ha hallado vuestro siervo gracia en vuestros ojos, y habéis engrandecido vuestra misericordia que habéis hecho conmigo dándome la vida; mas yo no podré escapar al monte, no sea que me alcance el mal, y muera” (Gn 19:19).
Binah.-
La Tercera sefira es parte de la Tríada Superna, completa la plantilla triangular necesaria para desplegar la creación. Está representada por el Agua y en ella se inscribe el Tetragrama YHVH. En nuestro ascenso, si llegamos a Binah se nos abrirá el “Entendimiento”. Pero la luz de Binah es una proyección de la luz de Jojmá, la cual debemos alcanzar. Aquí en Binah reside la Virgen Madre que somos nosotros mismos y que llamamos Alma o Shej’nah. Estamos en un plano por encima de los aspectos psicológicos, en nuestro ascenso entramos en el mundo psíquico o espiritual en el que aprendemos a deducir el conocimiento de lo alto.
Jojmá.-
O Chokma, Es el Padre y su atributo es la Sabiduría. Es la primera de las luminarias martinistas. Es la luz emanada de Keter. En nuestro ascenso buscamos esta luz. Cuando nos referimos a la vida en el ser estamos hablando de esta luz de Jojmá. Ascender hasta esta Luz nos dará la Sabiduría de aquellas cosas que están más allá del mundo ostensible.
Keter.-
Keter es la Corona, el macroposopo, el Anciano de los días. Su rostro está de perfil, pues una parte de Keter aún se halla en lo oculto. Keter recibe la luz prístina, esa que está oculta pero que es infinita, la llamada “ain sof or”. En nuestro ascenso debemos aspirar a entrar en la luz de Keter, pues solo desde allí podremos vislumbrar la luz en su plenitud y reposar en la Luz en reposo.
Fuente:
Grupo: Frater y Sorores
Adrián Pérez de Vera
LAS TRÍADAS
PRIMERA TRÍADA
SEGUNDA TRÍADA
TERCERA TRÍADA Y LA MANIFESTACIÓN FÍSICA
De la Universidad Iniciática Universal
Sir Galahad .´. .´. .´.
Los 10 Sephiroth y el Proceso Iniciático
Como ya viste, el ser
humano, cada uno de nosotros, es mucho más que sólo el cuerpo físico. En ti
existen partes internas, cósmicas, que se constituyen en tu verdadera
existencia. Estas partes internas, se han denominado de múltiples maneras, y en
todas las escuelas esotéricas de todos los tiempos tienen formas de representarlas
y nombrarlas.
Cuerpos Solares y Cuerpos Lunares
Ya viste que las partes más
inferiores del ser humano, reciben el nombre de los cuerpos existenciales o
cuerpos de existencia; entre ellos los más importante desde el punto de vista
del trabajo iniciático que hay que realizar son los cinco primeros cuerpos:
* El
Cuerpo Causal - Tiphereth.
* El
Cuerpo Mental - Netzah.
* El
Cuerpo Astral - Hod.
* El
Cuerpo Etérico - Yesod.
* El
Cuerpo Físico - Malkuth.
Con relación a estos cuerpos
es necesario comprender claramente lo siguiente: El ser humano sólo tiene estos
cuerpos en forma protoplasmática, no están desarrollados, y son de naturaleza
lunar. Se podría decir que sólo son embriones.
El ser humano debe trabajar
esotéricamente para crear verdaderamente estos cuerpos internos, y gozar de así
de todos sus poderes, facultades y posibilidades internas.
La Esencia o Conciencia
El
verdadero lugar que ocupas en la estructura cósmica. Tú eres una fracción del
alma humana, no eres el alma, eres una pequeña parte, la cual recibe el nombre
de esencia, conciencia o budhata.
Al irse desarrollando el
rayo de la creación en ti, al surgir desde el mismo Ain Soph en el amanecer el
mahamvantara, se van creando las diversas partes de tu constitución interna,
hasta crear tus cuerpos existenciales y llegar al cuerpo físico, a la región de
Malkuth. Así es como eres enviado a la Tierra, como una esencia para adquirir
conciencia de la creación.
Todo estaría correcto, pero
por desgracia en el proceso de desarrollo del ser humano en este cuerpo físico,
y a través de diferentes épocas y existencias, se desarrolló equivocadamente en
cada uno de nosotros lo que se conoce como los defectos psicológicos, los yoes, la parte negativa de tu constitución.
Estos defectos psicológicos
atrapan a tu esencia, a tu conciencia y la someten a sus deseos, caprichos,
vicios, traumas, etc. De forma que tu verdadera naturaleza está realmente
alterada en estos momentos, se encuentra en estado de hipnosis, dormida
psicológicamente.
De hecho, en esoterismo se
afirma que el ser humano tiene en promedio un 3% de conciencia libre, el resto,
el 97% de su esencia, está embotellada, capturada, atrapada por el yo, por los
defectos psicológicos.
La Conciencia y el Proceso Iniciático
Para aquellos que deseen
ser iniciados, el proceso esotérico de la iniciación es algo complejo, delicado
y sobre todo que requiere una gran disciplina y compromiso. Desgraciadamente
como ya se ha mencionado, la iniciación no es para todos. No es una obligación,
es una opción de vida.
Para finalizar, voy a profundizar un poco más en la comprensión del proceso
iniciático, desde la perspectiva de los sefirotes de la kábala.
El proceso iniciático se puede dividir en cuatro etapas: el
Sendero Preparatorio, el Sendero Probatorio, las Iniciaciones Menores y las
Iniciaciones Mayores.
Etapa del Sendero Preparatorio
El sendero preparatorio,
desde la perspectiva de nuestra constitución interna , se puede ver como el
proceso de lograr activar, lograr despertar tu 3% de conciencia o esencia
libre.
En estos momento tu 3% de
conciencia libre no está activo, desgraciadamente aunque tiene libertad, está
sometido a los deseos del yo, a través del proceso hipnótico, se dice que la
conciencia está en trance, en estado de coma. Es necesario un trabajo sobre sí
mismo para poder deshipnotizar tu conciencia y poder activarla.
Lograr activar tu 3% de
conciencia libre es dar el «Gran Salto» de la esfera pre-esotérica a la esfera
esotérica. El 3% de conciencia libre te permite empezar a experimentar en forma
directa las verdades esotéricas del Universo y dejar poco a poco la esfera
pre-esotérica compuesta únicamente por creencias.
Sin embargo, conviene
aclararte que si logras activar el 3% de conciencia libre, tu conciencia
despertará, pero esta conciencia aún está limitada, ya que el 97% restante se
encuentra atrapada por el yo, por los defectos psicológicos. Por lo que el
verdadero despertar de la conciencia sólo se logra cuando un iniciado ha
logrado destruir la totalidad del yo, y ha liberado a la conciencia o esencia
al 100%, destruyendo la negatividad que en estos momentos la tiene atrapada.
En términos esotéricos,
cuando un adepto logra activar su 3% de conciencia libre se dice que ha
alcanzado el tercer estado de conciencia o recuerdo de sí. Mientras que cuando
ese mismo adepto ha logrado liberar al 100% de su conciencia y ha sometido la
totalidad yo, de sus defectos, ese iniciado ha alcanzado el cuarto estado de
conciencia o conciencia objetiva. En la siguiente lección te explicaré los
estados de conciencia con más detalle.
Este proceso está simbolizado por la lucha contra el dragón.
A diferencia de lo
anterior, el primero y segundo estado de conciencia corresponden a la
conciencia dormida, hipnotizada. Son los llamados estado de sueño, que es
cuando duermes en la cama, y el estado de vigilia que es cuando estás con tu
cuerpo físico despierto.
La Etapa del Sendero Probatorio y las Iniciaciones Menores
Como te expliqué
anteriormente, el sendero probatorio en realidad corresponde a las primeras
pruebas a las que es sometido el aspirante, pero también corresponde a las
iniciaciones menores, pero con fines solamente de explicación, me refiero al
sendero probatorio como las pruebas iniciales y a las iniciaciones menores a la
parte donde el aspirante ya ha sido aceptado en la Logia Blanca universal y comienza a
recibir grados iniciáticos.
En la etapa de las
iniciaciones menores, el iniciado experimenta en forma sintetizada o simbólica
todo el proceso iniciático que tendrá que recorrer para alcanzar la realización
íntima del Ser. Es considerado el verdadero sendero probatorio, porque en esta
etapa se evalúan las cualidades morales y conductuales mínimas necesarias para
las iniciaciones mayores.
La Etapa de las Iniciaciones
Mayores
En esta etapa de verdadera
iniciación, el adepto empieza a trabajar directamente con cada una de sus
partes internas, con esas estructuras y cuerpos que representan los 10
sefirotes de la kábala.
No voy a entrar en los
detalles específicos de cada una de las iniciaciones mayores y de sus diversas
etapas, por el momento sólo quiero que comprendas que el proceso iniciático
consiste en la creación y el perfeccionamiento de los cuerpos existenciales
superiores del ser. Consiste en crear los cuerpos solares, pero también
consiste de desarrollar todas sus facultades y lograr su perfeccionamiento
máximo.
Cuando un iniciado ha
logrado la creación y el perfeccionamiento de cada uno de esos cuerpos, es
cuando ha logrado la auto-realización íntima del ser. Entonces esa parte del
absoluto de donde surge, conocida como Ain Soph, ahora recibe el nombre
kabalístico de Ain Soph Paranishpana. Es decir, es el mismo Ain Soph, pero
auto-realizado, con maestría.
Y la esencia o conciencia
es la encargada o responsable de realizar este trabajo esotérico iniciático;
claro está que con la ayuda directa de sus partes superiores, sin las cuales
jamás podría realizar esta grandiosa tarea.
Muy bien, creo que con esto
puedes tener una imagen más clara de tu verdadera estructura cósmica y del
trabajo que implica el proceso iniciático.
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